Autor(es): Susana Giesecke. Médica Psiquiatra, Candidata del Instituto de la Sociedad Peruana de Psicoanálisis, Promoción VIII Miembro de Cowap-Perú (Comité mujeres y psicoanálisis, API).
Desde mi condición de adulta blanca, acomodada, educada, enriquecida por múltiples culturas nacionales y extranjeras reflexiono acerca de la historia dos mujeres sensibles y capaces de expresar su parecer acerca de su estatus en la sociedad patriarcal dominante.
Hoy en día se encuentran entre nosotros los descendientes de la Sra Clara Lemlich (Moisés Lemlij y familia), quienes nos recuerdan la gesta heroica de esta joven norteamericana, quien en 1877 organizó a las mujeres obreras textiles en la lucha por sus derechos laborales. Su esfuerzo tuvo significativas consecuencias en la legislación para la protección de los derechos de los pobres y sin embargo su colectivo sindical no pudo asegurarle una pensión decente al final de vida.
En el lado opuesto del continente se daba en el Perú otra gesta, la de Clorinda Matto de Turner quien logró en Arequipa un fondo significativo con dineros de la oligarquía, que la repudiaba por indigenista, para la compra del Huáscar y tener con qué enfrentar a Chile. Esta tarea, propia de las mujeres patriotas, me resulta más significativa tratándose de la Sra. Matto, viuda, heredera solo de las deudas del señor Turner, que luego de intentar la administración de la hacienda en Tinta compartiendo todo con los campesinos, dejó la tierra de Tupac Amaru para encontrar su sustento dirigiendo una imprenta en Arequipa mientras mantenía su valiosa producción literaria que le costó la excomunión, deportación y un triste final como marginal.
Desde su posición social, escritora y obrera, las dos mujeres sufrieron el peso de una sociedad enraizada en tradiciones de poder patriarcal, expresaron con voz alzada o escrita su disconformidad y el de miles de mujeres silenciadas, por brutales o sutiles mecanismos sociales represores de cualquier sentir, pensar y actuar de la mujer que pretendiera expresarse en tanta libertad como la de los hombres.
En estos días seguimos siendo testigos de prácticas de discriminación y exclusión de las mujeres en ámbitos públicos y privados. En el Perú sigue teniendo la pobreza rostro de mujer y sigue siendo más riesgoso ser mujer al estar expuesta a la violencia machista de gravísimas consecuencias … como se dice por ahí … aun tenemos un largo trecho por seguir andando, todo es cuestión de mantener la marcha de nuestras reflexiones …
Imagen: Levantamiento de las 20,000. Nueva York , 1909.