Autor(es): Graciela Cardó
El pasado 17 y 18 de noviembre, se llevaron a cabo en la Sociedad Psicoanalítica de Mendoza las XXXVII Jornadas Transandinas. El año pasado se realizaron en Santiago y tuve la posibilidad de participar, y fue tal el aprendizaje que decidí seguir asistiendo en la medida de lo posible.
Las Jornadas surgen a fines de los años ochenta, por iniciativa de colegas chilenos y argentinos, quienes reconocían entre ellos una gran afinidad de costumbres, pensamiento clínico y teórico, y la necesidad de crear un espacio donde compartir entre pares respetuosamente el trabajo psicoanalítico, como una salida a lo constrictivo que podían ser en aquel entonces las instituciones psicoanalíticas.
Al poco tiempo se suma Perú, y venciendo las dificultades de aquel entonces -plena lucha interna, fines de los 80s- Matilde Caplansky organizó una Jornada Transandina en Arequipa.
Tres tareas se dividen entre cada país participante: la presentación del material clínico, la de un correlato teórico y un correlato técnico. Tanto en Santiago como en Mendoza, asistieron alrededor de 50 personas, los peruanos hemos sido apenas dos este año y tres el pasado.
Este año presenté el caso clínico, y quiero compartir con ustedes algo de lo vivido. Básicamente una inmersión de compromiso y respeto por el trabajo clínico, un clima de confianza y entrega a colaborar pensando e inventando en grupo, conociendo cómo la teoría de la técnica contemporánea es trabajada día a día. Colegas de distintas sociedades psicoanalíticas elaborando aproximaciones teóricas y técnicas del caso que uno comparte, es una experiencia que vale la pena vivir.
Mi registro fue algo así como experimentar en una tarde, un año de supervisiones. ¿Cómo se sostiene académica y emocionalmente esto? Pienso gracias al clima de respeto, acogida, interés y seriedad con que cada participante -miembros y candidatos- se entregó a la tarea.
Es así que escuchamos un correlato teórico realizado por una colega de Mendoza, que hilvanó finamente autores clásicos y contemporáneos , fue llamado “Entre la represión y la escisión”. El correlato técnico fue elaborado por un grupo de colegas chilenos pertenecientes al Comité de familia y pareja-psicoanálisis vincular, especificó los componentes intrapsíquicos, compartiendo la técnica específica del modelo vincular aplicada al caso presentado.
Otro aspecto enriquecedor de estas experiencias, son los vínculos que se forman con colegas de otros países, relaciones distintas, de una cierta colaboración diferente, libre de matices conflictivos propios de cada sociedad; un encuentro donde el deseo de escuchar distintas y la vez semejantes ideas y formas de trabajar, renuevan la confianza en los grupos.
Luego de estas Jornadas, salió la propuesta de que el año entrante sean en Lima. Un gran reto para nosotros como Sociedad Psicoanalítica, participar ya no individualmente representando a la SPP como lo hizo el año pasado Agusto Escribens, quien presentó brillantemente el correlato técnico, o este año yo, quien presentó el material clínico. Reto ya que la presentación será de los aportes, ideas, y trabajo de cada uno de nosotros, miembros y candidatos en un encuentro transandino. Estoy segura que encontraremos muchas semejanzas y enriquecedoras diferencias.