«El pensamiento psicoanalítico latinoamericano»: un proyecto que se hace realidad.

Autor(es): Vivian Schwartzman

Los psicoanalistas latinoamericanos debemos poder pensarnos como tales, preguntándonos por nuestras propias circunstancias. Este es el tema que sustenta el proyecto de nuestro colega venezolano Jean Tauszik: El Pensamiento Psicoanalítico Latinoamericano (PPL). Para poder transmitir mejor qué es PPL compartiré una conversación con su gestor, que se llevó a cabo en Cartagena dentro del XXXI Congreso Fepal.

V (Vivian): Jean, recuerdo que hace años me hablabas de tu interés por editar un libro que recopile el pensamiento de psicoanalistas latinoamericanos que hayan hecho aportes sustanciales al psicoanálisis. ¿Qué pasó con ese proyecto?.

JM (Jean Marc): Entre 2009 y 2014 tuve la oportunidad de transitar con frecuencia las sociedades e institutos psicoanalíticos en Brasil, Uruguay, Panamá, Argentina, Colombia, México, Venezuela y Perú. Seminarios, congresos, supervisiones y simposios fueron revelando una riqueza conceptual que de diversas maneras ha hecho vida en América Latina. Largas sesiones de trabajo y sostenidos intercambios con Abel Fainstein, Marcelo Viñar, Claudio Eizirik y Serapio Marcano (que formaron parte del consejo consultivo del proyecto) junto a muchos colegas de toda la región, dieron forma a una primera versión de la compilación con 120 nombres, desde los pioneros de nuestra disciplina en el continente hasta los pensadores contemporáneos cuyos planteamientos hacen parte de nuestra práctica analítica.

V: ¿Y cómo surgió la idea de formar PPL?

JM: El exhaustivo formato de cada entrada de la compilación, escrito por notables psicoanalistas, promediaba 20.000 palabras por autor, sin contar con las extensas listas de publicaciones de los pensadores revisados. Fue en las oficinas del Fondo de Cultura Económica en México donde nos percatamos de la inviabilidad de la impresión del libro, a esas alturas de dimensiones enciclopédicas. También allí surgió la recomendación de publicar nuestro trabajo en el espacio digital. Un duelo sin duda, pero luego, como en todo duelo, varias posibilidades: democratizar el contenido, haciéndolo accesible a cualquier usuario, actualizar las entradas de aquellos autores cuya producción continúa desarrollándose; incluso la ventaja de seguir sumando nuevos psicoanalistas y hacer circular propuestas singulares. La desmaterialización del libro abrió un campo más dinámico, flexible y permeable a la hora de articular el conocimiento que producíamos trabajando en la investigación y en los textos. Para ese momento habíamos casi 300 colegas involucrados de diversas maneras en el proyecto. Los textos, como producto acabado, dejaron de ser el único objetivo y lo que se desplegaba en las múltiples transferencias de trabajo pasó a ocupar nuestra atención. Talleres, dos gestiones de OCAL (bajo la presidencia de Rita Mello, de Brasil, y Cecilia Moia, de Argentina), presentaciones en congresos, etc., acunaron diversas experiencias que proponían y problematizaban a las múltiples articulaciones entre los significantes “psicoanálisis” y “Latinoamérica”. Fueron tiempos en los que Osvaldo Canosa hizo parte de la mesa coordinadora. Allí, en ese trance, comenzó a conformarse PPL.

V: ¿Cuál sería la importancia de este proyecto?

JM: De cara a lo que no es Latinoamérica nos interesa ofrecer nuestros desarrollos, hacerlos circular y dialogar en el contexto de una práctica globalizada, pluralista e interactiva. No buscamos reivindicar algo, nos anima el deseo de mostrar y compartir. De cara a nosotros mismos nos interesa, especialmente, ofrecer espacios de intercambio y producción de conocimiento basados en la creatividad y el afán de descubrimiento. Generamos experiencias en las que colegas de diversas procedencias discuten y proponen a partir de dispositivos creados por PPL para tal fin. Nos apegamos rigurosamente a la producción de contenidos de índole descriptivo, alejados del tono prescriptivo que todo proyecto de construcción identitaria exige; sin militancias, con participación.

V: Pensaba que, por lo general, no nos citamos entre latinoamericanos. En los institutos, si bien leemos a algunos autores latinoamericanos, los seminarios están más dedicados a estudiar a psicoanalistas europeos y americanos. ¿Estás de acuerdo?, ¿crees que PPL podría ayudar a darlos a conocer más?

JM: Ciertamente, nuestra oferta es, ante todo, para el lector latinoamericano. La pregnancia del psicoanálisis europeo y americano en América Latina se justifica por el amplio desarrollo tanto del psicoanálisis como de las industrias culturales, con sus canales de producción y circulación de conocimiento más optimizados en esas regiones. También nuestra condición, tan arraigada en el imaginario colectivo, de percibirnos menos aventajados en relación a Europa y Norteamérica contribuye a la falta de información e integración de los desarrollos surgidos en nuestro continente. Esto da pie a la observación de fenómenos tales como la recepción, por retruque, de autores como José Bleger o los Baranger por la vía de publicaciones francesas e italianas, por nombrar un ejemplo.

V: En el último congreso FEPAL estuve presente en el panel en el que mostraron los resultados del primer PPL Lab (laboratorio) y pude ver gran interés por parte de muchos colegas. La sala estuvo llena y el panel fue de lujo. Eso significa que han tenido una buena difusión y acogida a nivel de IPA y FEPAL. Pero, siendo un proyecto latinoamericano, ¿cómo han planteado el trabajo entre las instituciones de los diversos países?

JM: Sí, hacer coincidir a Bolognini, Ungar y Scerpella fue un acierto de Fernando Orduz. Ya Bolognini había participado con nosotros en un panel junto a Claudio Eizirik y Marcelo Viñar en Sao Paulo, 2012, el mismo año en que presentábamos PPL ante la Asamblea de Delegados de FEPAL, donde Scerpella apoyó nuestra iniciativa. Fue bajo los auspicios de la presidencia de Orduz cuando FEPAL nos avaló, institucionalizando nuestro proyecto, financiándolo e integrándolo programáticamente junto a las demás comisiones que hacen vida en el interior de la Federación. Con IPA hemos iniciado un acercamiento que esperamos germine sus primeros retoños en los meses por venir. PPL está conformado de forma que genere actividades y presencia en jornadas y congresos a lo largo y ancho de América Latina de manera constante y con garantía de calidad e innovación tanto en el contenido como en la transmisión del mismo. Los delegados PPL, presentes en todos los países que hacen vida en FEPAL, instrumentan distintas modalidades de trabajo en conjunción con las secretarías científicas de cada institución. Hasta marzo de 2017 estaremos replicando el primer PPL Lab en cada sociedad psicoanalítica, retroalimentando la experiencia con miras a publicar los resultados en PPL Web.

V: El primer PPL Lab se denominó “¿Existe un pensamiento psicoanalítico latinoamericano?”, y pensaba que al hacerlo ustedes ya tenían establecido PPL. Entonces me preguntaba si más bien este Lab fue hecho con el fin de indagar qué piensan algunos psicoanalistas al respecto y así afianzar la idea del modelo que proponen.

JM: Nuestra denominación, Pensamiento Psicoanalítico Latinoamericano comporta un dejo irónico. No creemos en pensamientos totalizantes, hegemónicos. El pensamiento es con sujeto, encarnado. De modo que PPL es ya una denominación fallida. Funcionamos, más bien, como caja de resonancia de diversos vértices. Los PPL Lab, por supuesto, cumplen una función heurística. Los hallazgos darán pie a próximos laboratorios: nuestros singulares patrones de recepción de la obra freudiana, la particular influencia de los avatares políticos y económicos en las variaciones técnicas de nuestra disciplina, la interrogación sobre la incidencia del psicoanálisis en el ámbito social; incluso las marcas regionales, producto de la idiosincrasia de determinadas culturas, nos fueron sugeridas en esta experiencia.

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