Entrevista a Eduardo LLanos.

Autor(es): Pilar Sousa

Hoy, viernes 5 de Mayo del 2017, tuve el gusto de conversar largamente con Eduardo Llanos, artista, psicoanalista, buen amigo mío y de muchas personas dentro y fuera de la SPP. Rodeados de muchas de sus pinturas, retablos y esculturas textiles hechas en diversas épocas, hablamos amenamente de arte, de su desarrollo, y de su experiencia como artista y psicoanalista, entre otras cosas.
Para comenzar, le sugiero a Eduardo que nos cuente sobre sus inicios en el arte y sobre lo que lo mueve a crear. He aquí algunos fragmentos de nuestra larga conversación:
Orígenes de su arte:
El arte estuvo presente en mi vida desde muy temprano. En realidad desde que tengo memoria. La música, sobre todo la criolla, ha tenido un lugar muy importante en mi familia. El dibujo y la pintura también. Aunque esto último se fue desarrollando en un ámbito más privado, especialmente en el vínculo con mi abuelo. Recuerdo con cariño, tantos fines de semana cuando llegaba a su casa en el Callao y él me recibía con una ruma de papeles y lápices de colores sobre su escritorio. Pasábamos horas dibujando. Luego salíamos a ver los barcos en el puerto, donde él trabajaba como jefe de aduanas, mientras me iba contando sus historias de allende los mares. A inicios de diciembre, solíamos ir también en tranvía al bosquecito de Carmen de la legua, a medio camino entre el Callao a Lima. Allí recogíamos ramitas de sauce para hacer el nacimiento. Así, como jugando, se fue despertando y entretejiendo esta curiosidad y afán de crear a partir de las líneas, formas y colores, pero también de relatos y melodías que iba escuchando en este entorno familiar que sirve aún de inspiración y me acompañan.
Eduardo recuerda también haber sido muy inquieto y señala: felizmente no existía el Ritalin cuando yo era niño porque al “enfocarme tan adecuadamente” de repente se habría limitado mí gran curiosidad y mi incesante búsqueda de diversas formas de expresión. Claro que algunos juguetes pasaron pronto a mejor vida pues terminaban siendo desarmados tratando de entender cómo funcionaban.
En conexión con esto último añade: En el arte contemporáneo se tiende a combinar diversos materiales y formas de expresión que incluyen la instalación, el performance. Ese modo de crear ha estado muy presente en mí desde muy chico. Si bien la pintura y la escultura es lo que he ido desarrollando más, mi amor por la música criolla, por la marinera limeña y la instalación se mantienen muy vivos hasta ahora.
Más allá de estas primeras experiencias e intereses, qué crees tú que te mueve a crear, a seguir creando?
Yo creo, como dice Anzieu y también Freud, que uno crea en respuesta a un conflicto con la realidad. No solo es la necesidad de sublimar ese conflicto interno sino también sobreponerse y crear una realidad distinta, darle un nuevo matiz y color a eso horrendo que se nos presenta cada día y que se nos es tan difícil de aceptar. En eso los peruanos somos campeones. En cuanto a situaciones donde lo horrendo es pan de cada día pero también en la capacidad de respuesta. Nunca falta alguien que termina imaginando una salida y hasta contando un chiste, para sobrellevar el cotidiano enfrentamiento con lo conflictivo del vivir.
Le pregunto qué piensa sobre el potencial del arte de trabajar y dar forma a la no-forma, a lo nuevo y a lo no representable.
Asociar libremente es como ir desarrollando un tejido con los hilos que se nos van presentando. Eso sucede en arte. Vamos creamos y tejiendo nuevas formas, conexiones, estructuras que sustentan la existencia de la obra de arte y el oficio del artista. Algo similar sucede en el análisis, entre la asociación libre del paciente y la atención libre y flotante del analista van apareciendo hilos conductores que van formando tramas y urdimbres que da sustento a esa relación extra-ordinaria. De su análisis, comprensión y relectura ira surgiendo una nueva narrativa, una nueva melodía, nuevas imágenes y sentidos.
Lo que dice Eduardo me trae a la memoria a Shaun Mc Niff, un arte-terapeuta que señalaba que los materiales de arte son como nuestras parejas de baile. Asocio esto con lo que decía Donald Stern sobre la danza que se da entre el infante y la madre.
Eduardo señala también que en el encuentro con los diversos materiales, se va generando algo nuevo, un vínculo único, distinto y vital. Esto le recuerda gratos momentos durante su formación analítica. Por ejemplo, en la Observación de Infantes, donde uno se puede permitir ser una presencia activa pero discreta y además ser testigo privilegiado del encuentro entre la madre y el bebé y como van encontrando sus propias formas de relacionarse y comunicarse.
Eduardo asiente y añade que los materiales en el proceso creativo funcionan, en cierto sentido, como una suerte de objeto transicional, en tanto vehículos en búsqueda de sentido que se van cargando de significado.
En este sentido, qué nos puedes decir sobre tu elección de la pintura y la escultura, como tu principal arte?
Mi acercamiento al arte, en realidad, ha estado muy ligado a mi interés por los tejidos Precolombinos y por el sincretismo cultural tan propio en nuestras tierras. Luego de estudiar psicología clínica, tuve la suerte de trabajar un tiempo en teatro con Cuatrotablas y luego de estudiar arte en la Rietveld Academie de Amsterdam. Una escuela regida por los principios de De Stijl y la Bauhaus. Uno de los pilares de estas escuelas era la concepción utópica del arte total. Toda corriente y expresión artística estaría al servicio del bienestar del hombre en cuya base estaría la arquitectura. Esto ha marcado mi desarrollo artístico. Mi última individual en el 2016 se llamaba, Arquitectura del Alma. En la pared se podía leer el siguiente texto,
Toda obra artística plantea siempre una indagación.
Es suerte de invitación a descubrir detrás de cada trazo, de cada línea, de cada capa de pintura, el enmarañado tejido de sensibilidades que nos estructura…esa arquitectura del alma.
Estamos formados por distintas capas y estructuras en transformación y ebullición constante. Eso es lo que constituye nuestra identidad. Una pintura, una canción, una instalación se van construyendo de la misma manera.
Las transformaciones constantes de nuestra ciudad y nuestro propio aparato psíquico son también un claro ejemplo de compleja transformación constante y efervescente. Un análisis, es una invitación a indagar introspectivamente, a aventurarnos en nuestras propias estructuras íntimas e inconscientes en pos del surgimiento de nuevas tramas y narrativas que sustenten nuestra existencia.
¿Cómo ves la relación de artista con su obra y su público?
Bueno el arte no solo se queda en el artista. Según Anzieu, uno lucha cuerpo a cuerpo con la idea en la búsqueda de un material y un lenguaje que permita dar forma a esa idea que surge en uno. Pero eso no es todo. Una vez realizada la obra de arte, se hace necesaria la confrontación con un otro, el espectador. Allí recién concluye el ciclo creativo. Pero he ahí también la paradoja. Una vez que la obra queda expuesta ante ese otro, ésta deja de pertenecerle al autor y será el espectador quien le dé un nuevo sentido. El impacto que la obra produce en el espectador le da un nuevo sentido y esto influye en el artista como una pelota de ping pong que le regresa pero transformada, cargada de nuevos significados. Cosa que es un riesgo y no siempre es fácil. Recuerdo que durante la exposición de mi examen final en Amsterdam un miembro del jurado desapareció sin decir nada. Luego de un rato, cual Cura Valverde, apareció con un gran libro en la mano. No era una biblia sino un diccionario Holandés – Castellano, e invocando su poder pronunció solemnemente en Castellano estas palabras: “Tu trabajo es mierda.” Solo atiné a responderle en Holandés que si había hecho semejante esfuerzo para pronunciar lo que acababa de decir en mi propio idioma, es que algo le había impactado y eso era indicio suficiente de su efecto. La capacidad de impacto de la obra de arte se evidencia en respuestas radicales, puede llevar a emocionar hasta las lágrimas o a veces provocar hasta ataques violentos, como el atentado a martillazos contra la Piedad en el Vaticano o con baldazos de pintura naranja al Ojo que llora acá nomas en el Campo de Marte.
Todo esto nos dice de algo más que mantenemos en común con el psicoanálisis. A saber, el trabajo con la subjetividad y los afectos. Materiales que además nunca tendremos ni certeza, ni consciencia plena…felizmente.

Imagen: LLanos, E. Trama del cisne negro. [Metal pintado y Plumas].

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3 comentarios

  1. Me gustó mucho la entrevista!…como jugando o pintando. Me vuelve a surgir la pregunta cuànto de arte y cuànto de ciencia tiene el psicoanálisis?

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